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Análisis Xbox One: Forza Motorsport 5

Análisis Xbox One: Forza Motorsport 5
Alberto Cifuentes

Alberto Cifuentes

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Forza Motorsport aterriza en Xbox One. La ya mítica saga de juegos de conducción de Turn 10 Studios viste sus píxeles de gala para dar la bienvenida a la nueva consola de Microsoft. Y lo hace con un juego rompedor a nivel técnico pero conservador a nivel de planteamiento. Una oda al automovilismo deportivo creada por y para locos del motor.

Antes de empezar debo reconocer que soy un fan acérrimo de la saga Forza y que me atrevería a decir que mis mayores momentos de felicidad automovilística virtual se los debo a ella.

“Entonces no serás objetivo”, podrás pensar. Yo más bien diría que todo lo contrario: he sido exigente a más no poder. Y te lo cuento a continuación:

Pasión por el automovilismo y por Top Gear

Forza Motorsport 5 está guiado por la pasión automovilística y se nota desde el primer momento, desde la presentación a cargo de Jeremy Clarkson, presentador del popular programa británico Top Gear. Si te gustan los coches y tienes la oportunidad de verlo alguna vez, hazlo, porque no tiene desperdicio.

De hecho, el juego cuenta con numerosas referencias a Top Gear, empezando por vídeos locutados por Jeremy Clarkson y Richard Hammond y siguiendo por la inclusión del circuito de pruebas del programa, ese en el que personajes famosos de distinto calado se baten el cobre episodio tras episodio. Tiene además guiños al peculiar humor del programa, como la carrera en la que el circuito de pruebas está plagado de cubos de basura, autobuses y monumentos de pega, según dicen ellos “para conducir como si estuvieras en Londres”.

El circuito de pruebas de Top Gear

Con el fin de no dejar volver el erizado vello de los brazos a su estado natural, Forza Motorsport ofrece una primera toma de contacto con el juego pilotando un reluciente McLaren P1 de 2013 por las calles de la ciudad de Praga. Puro exhibicionismo automovilístico, así, de primeras.

Rodar con un bicho así por el Puente Carlos de Praga no tiene precio

Otro detalle marcado por la pasión es la opción Forza Vista, que trata de ponerte en la situación (y lo logra) de acudir al concesionario a subirte por primera vez al Ferrari / Aston Martin / Ford Focus o Audi  que acabas de comprar. Ese momento en el que asientes nerviosamiente a las indicaciones del vendedor sobre cómo regular los faros antiniebla o dónde se encuentra el gato pero en lo único en lo que piensas es en sentarte al volante y encender el contacto.

En Forza Vista puedes ver el coche desde cualquier ángulo posible y alucinar con detalles como los surcos de los discos de freno al tiempo que escuchas la narración de Jeremy Clarkson de Top Gear. Abre las puertas, entra y dentro y examina cada detalle del salpicadero… sólo falta el pañuelo para limpiarte la baba.

– “Aquí tiene las llaves de su nueva máquina

Con Drivatar, se acabó correr contra la máquina

De toda la vida, y excepto en los modos multijugador, en los juegos de coches se ha corrido contra la CPU, controlada por la inteligencia artificial (IA) del juego. A pesar de haber evolucionado mucho hasta el punto de recrear con mucho acierto comportamientos humanos al volante, lo cierto es que un humano siempre será un humano: hace trazadas inverosímiles, frena donde no corresponde y se da incomprensibles golpes contra las vallas.

Pues bien, en Forza Motorsport 5 se ha incluido un sistema, llamado Drivatar, que ya pudimos probar por primera vez hace unos meses en el E3 y que nos ha parecido una de las mejores invenciones de la historia de los juegos de carreras. ¿En qué consiste?

Drivatar analiza la manera de conducir de los jugadores y crea pilotos virtuales basados en su estilo. Es decir, en cada carrera te enfrentarás a los Drivatars de otros jugadores. No estarán ahí (no es un modo multijugador), pero su comportamiento en carrera está basado en su particular estilo de conducción.

El resultado son carreras más abiertas, más reales, con más situaciones imprevistas. Si por norma general el comportamiento de las IA en los juegos de coche suele ser muy lineal – no se salen, no cometen errores, no te chocan, simplemente van más o menos rápido – ahora no es extraño ver coches cometiendo errores garrafales o ser capaz de percibir diferencias entre la manera de conducir de uno y otro rival.

Drivatars, voy a por vosotros

¿Y yo también tengo mi Drivatar? Por supuesto, Forza Motorsport 5 analiza tu estilo de conducción y a partir la tercera carrera crea tu Drivatar y lo suelta al mundo para que compita contra otros jugadores. De hecho, cada vez que entres al juego obtendrás un informe de los créditos (CR) que ha ganado tu alter-ego virtual. Cuanto más juegues, más información tendrá y más fiel será a tu verdadero estilo.

Este sistema tiene un impacto enorme y muy positivo en la dificultad del juego. Si en anteriores Forza era muy complicado encontrar el balance exacto entre dificultad y exigencia que garantice el nivel exacto de diversión, en Forza Motorsport 5 es mucho más fácil encontrar ese punto.

Bendita seas, next-gen

Tras hablar de pasión, lo mejor es hablar de impresión, que es precisamente lo que produce el apartado gráfico de Forza Motorsport 5. Si la saga se ha caracterizado siempre por un nivel gráfico de altura, esta quinta entrega no iba a ser menos y el resultado es espectacular, toda una declaración de intenciones de lo que es capaz la nueva generación de consolas, y Xbox One en particular.

La diferencia con Forza Motorsport 4 es brutal. Más texturas, un nivel de detalle muy superior y efectos de luz alucinantes a 1080p y 60 frames por segundo. Por una parte es lógico, pues pertenecen a generaciones diferentes, pero no por ello deja de ser digno de mención. Detalles como el reflejo del salpicadero en la cara interior de la luna delantera, pájaros sobrevolando el circuito o incluso las caras del público – impresionante – hacen de Forza Motorsport 5 un verdadero prodigio de la técnica. Si el primer gran juego de carreras next-gen es así, no quiero ni imaginarme cómo será el siguiente.

El nivel de detalle es brutal

El elevado nivel técnico se aprecia mucho en los efectos de golpes y deformación, algo que se aprecia especialmente al final de las carreras. No sólo llegan los coches con rayadas o el parachoques hundido, sino que llegan sucios y llenos de partículas. Mención aparte merece el detalle de los discos de freno, que muestran perfectamente los surcos producidos por el sobrecalentamiento.

Del tema de la ausencia de efectos meteoreológicos y cambios de luz día/noche ya hablaré más adelante.

Una orgía de coches, circuitos marcas y componentes

A estas alturas – es la sexta entrega de la saga – este aspecto no debería impresionar a los seguidores del juego, pero si resulta que es la primera vez que juegas a un Forza prepárate a alucinar, tanto por la variedad como por el nivel de detalle de los vehículos del juego.

El modelado de vehículos es soberbio, y cada uno de los cientos de modelos incluidos en el juego está recreado a la perfección. No sólo el exterior, sino también los detalles del habitáculo, se trate de un monoplaza de las Le Mans Series o de un pequeño utilitario italiano.

El catálogo de marcas y coches es interminable: deportivos japoneses, berlinas europeas, muscle cars americanos, superdeportivos italianos, prototipos, todoterrenos, coches de rally, monoplazas Indy Car, V8 supercars australianos… incluso se han incluido monoplazas de Fórmula 1, tanto nuevos (el Lotus E21 de Kimi Räikkönen) como antiguos (McLaren M23  o el Ferrari 312T2 de Nikki Lauda). A ellos habrá que añadirles en el futuro los coches incluidos en los packs de vehículos mensuales.

Super Rata al volante

Algo similar ocurre con los circuitos. Forza Motorsport trae circuitos de todo tipo, desde circuitos urbanos como el nuevo trazado de Praga a pistas modernas de Fórmula 1 como Yas Marina en Abu Dhabi, sin olvidar pistas míticas de la saga como los Alpes Suizos.

A destacar la recreación de los circuitos de Fórmula 1, que le da mil vueltas al propio juego oficial de Fórmula 1 2013. El circuito de Spa es alucinante, con una subida a Eau Rouge-Raidillon muy bien recreada y sobre todo, la chicane “La parada del autobús”, que da gusta sólo de verla acercarse y que invita a apurar los frenos al máximo.

La tribuna de Abu Dhabi: mastodóntica

Y ya, para rizar el rizo, está el tema de los componentes. Si no eres muy adicto al motor los nombres de Bilstein, Enkei, Magneti Marelli o Koni te sonarán a chino, pero si lo eres disfrutarás como un enano cuando quieras tunear tu coche con nuevas llantas, kits de freno o sistemas de amortiguación.

Un coche, un comportamiento

Jugar a Forza Motorsport es un placer para los sentidos. Por los gráficos, por el ruido de los motores y, sobre todo, por el control de los coches. A ello contribuye en gran medida el nuevo mando de Xbox One y su soberbio sistema de vibración. El nivel de realismo es tal que si tienes activado el ABS y lo haces saltar en una frenada, el gatillo izquierdo vibrará simulando el traqueteo que produce este sistema al funcionar. Lo mismo ocurre con el acelerador y el control de tracción.

¿Y Kinect? Pues cumple un papel poco más que testimonial. Desde el menú de pausa puedes activar Kinect para que mida la inclinación de tu cabeza y simule así el efecto de mirar a un lado y a otro. La idea no está mal pero la ejecución no es muy práctica, ya que hay que inclinar la cabeza casi noventa grados para mirar por el retrovisor, y lo más probable es que acabes con tu coche en la cuneta.

Forza Motorsport 5 tiene en cuenta las diferencias de cada coche y las plasma en el juego con una precisión exquisita. No se conduce igual el primer Supermirafiori de tu padre que tu flamante Ford Fiesta, igual que conducir un nervioso Maserati Gran Turismo de tracción trasera que un Audi R8 con tracción total. Así, deberás adaptar tu conducción a las características del coche o, en la medida de lo posible, adaptar el coche a tu estilo de conducción mediante el menú de configuración de tuneo.

Si eres de los que disfruta configurando cada aspecto de la conducción, Forza Motorsport 5 ofrece la posibilidad de configurar los siguientes parámetros: Neumáticos, Relación de marchas, Alineamiento, Barras estabilizadoras, Muelles, Amortiguadores, Aerodinámica, Freno y Diferencial. Este menú está pensando para gente que tiene ciertas nociones de mecánica y física del automóvil. Si no eres muy ducho en el tema, mejor que lo dejes como está.

Se puede apreciar hasta la junta de la trócola

¿Dónde está la lluvia? ¿Y la buena música?

Tras deshacerme en elogios hacia el exquisito apartado gráfico, llega el momento de tirar de las orejas a Forza Motorsport 5. ¿Por qué? Por la falta de elementos meteoreológicos y por la calidad de la banda sonora.

Y es que no, en Forza Motorsport 5 no hay carreras de noche, ni lloviendo, ni nevando, ni nada de nada. No es que yo sea un fan del asfalto mojado, es más, casi que lo odio, pero me parece incomprensible que un juego ambicioso y con el empaque de Forza 5 no incluya fenómenos atmosféricos. Además me parece una oportunidad perdida por parte de Turn 10. Una oportunidad de lucirse y de dejar – todavía más – al personal con la boca abierta.

La explicación, y que quede claro que se trata de mi opinión, son las prisas. Las prisas por  tener un Forza listo para el lanzamiento de Xbox One, que han hecho que algunas cosas se queden en el tintero para entregas venideras.

Otro detalle con menos excusa es la banda sonora, y vuelvo a reiterar que se trata de mi opinión. Venimos de Forza Horizon, con su trabajadísima selección de temazos de indie y electrónica. Vale que Forza Motorsport es más serio y debe “mantener las formas”, pero de ahí a presentar una banda sonora en la que sólo hay piezas de pseudo-ópera apenas diferenciables entre sí y que a la quinta carrera ya empiezan a aburrir hay un trecho.

Por último, los efectos de sonido. Aquí es una de cal y una de arena. El ruido de los motores es soberbio, con diferencias notables entre los diferentes tipos de motor (turbo, atmosférico, rotativo…) y cilindradas. Por citar uno en concreto, el silbido del intercooler del Mitsubishi Lancer Evo VI GSR es gloria pura.

En el lado contrario están los efectos de choque. Da igual que te choques a 20 km/h al llegar a una chicane que que te estampes a 250 km/h contra una valla, ya que el sonido del impacto apenas cambia. No es algo que moleste demasiado, pero ya he dicho que con Forza iba a ser puntilloso hasta el límite.

Modos de juego: nada nuevo en el frente

Ya lo he comentado más arriba: Forza Motorsport 5 no supone ninguna revolución en cuanto a la manera de concebir el juego. Es básicamente un Forza Motorsport 4 con un aspecto técnico de otra galaxia, un sistema de Inteligencia Artificial único (Drivatar) y ligeros retoques en la jugabilidad.

Este hecho se refleja también en la variedad de modos de juego, que son más o menos los mismos de siempre.

Forza Motorsport 5 trae el clásico modo de carrera única, que permite competir en carreras contra la IA al volante de tus coches o bien de otros vehículos que puedes tomar prestados para la carrera o bien comprar in situ.

El modo central es el modo Carrera, aquel en el que debes ir corriendo diferentes copas para ganar créditos y acceder a nuevos circuitos bloqueados. De principio hay un total de 8 Ligas con aproximadamente 6 copas por Liga, lo que garantiza horas y horas de competición. A todo ello hay que añadirle los eventos especiales que van apareciendo a media que uno avanza.

Tanto desde el modo de carrera única como en Carrera puedes acceder a la modalidad Rivales. Rivales es, para mí, una de las cosas que hacen que Forza sea tan grande pues representa el cada vez más olvidado espíritu del pique sano, en este caso con jugadores de todo el mundo. Al acabar una carrera, sabrás que posición ocupa tu mejor vuelta respecto a una clasificación mundial online y tienes la posibilidad de tratar de superarla, siempre fijándote en un rival en concreto. Se trata de algo que incluyen la mayoría de juegos de carreras actuales, pero la manera en que está organizado en la saga Forza fomenta la competitividad hasta límites exacerbados.

Desde el menú principal tienes acceso al antiguo Garaje, donde puedes comprar nuevos coches y tunear los que ya tienes; al centro de repeticiones de carreras Forza TV, que permite no sólo ver tus propias carreras grabadas sino también las de otros jugadores. De nuevo, puro exhibicionismo automovilístico.

En el modo multijugador, nada nuevo en el frente. Carreras de hasta 16 coches, organizadas en salas de juego, divididas por clases o no, en las lo que los participantes votan para escoger el circuito en el que se correrá.

Conclusiones

Forza Motorsport 5 es un auténtico juegazo. Me atrevería a decir que es el mejor juego de carreras hecho hasta la fecha hablando desde un punto de vista técnico. La manera en que está concebido supone una oda al automovilismo y a todo lo que rodea al deporte de las cuatro ruedas. Y la inclusión de Drivatar me parece EL acierto, pues consigue ajustar la dificultad del juego hasta niveles nunca vistos antes.

Sin embargo, a la hora de puntuar el juego no puedo dejar de pensar que es demasiado parecido a su predecesor en cuanto a planteamiento. Forza Motorsport 5 es un Forza Motorsport 4 hipervitaminado y con una inteligencia artificial a otro nivel. Y no es que esto sea algo malo, sino todo lo contrario, pero llegados al nivel de excelencia que ha alcanzado la saga me hubiera gustado ver algo diferente, como me pasó con Forza Horizon. Algo que me consiga atrapar durante meses y que sobreviva al efecto wow de las primeras partidas.

Así que, teniendo en cuenta el párrafo anterior, le voy a dar un 8 con la esperanza y la absoluta certeza de que la siguiente entrega de Forza será, esta vez sí, el juego definitivo de carreras de coches.

Puntuación: 8

Disponible: Sólo en Xbox One

Alberto Cifuentes

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