La herramienta clave para conseguir fundir dos fotografías es el degradado. El concepto no esconde ningún misterio. Degradando una parte de la imagen a blanco, la selección quedará con un aspecto translúcido de tal manera que se puede superponer con otra imagen dando la apariencia visual de continuidad en lo horizontal y vertical.
Pero dejemos de perorar y vayamos al grano porque para explicar estos asuntos, las fotos se bastan solas.
Paso 1.
Abrir la primera imagen y duplicar la capa
Paso 2.
Colocar el selector de colores en blanco y negro (tecla rápida “D”) y activar el modo máscara
Paso 3.
Seleccionar la herramienta de degradado y trazar con ella una recta desde la mitad de la imagen hasta uno de sus extremos
Paso 4.
Desactivar el modo máscara y suprimir la parte de la capa que queda seleccionada
Paso 5.
Seleccionar todo (Ctrl+A) y copiar (Ctrl+C). A continuación abrimos la segunda imagen y pegamos (Ctrl+V) lo que habíamos copiado en ella. Por último, movemos la capa que se corresponde con la primera imagen para que quede bien ajustada.
Paso 6.
Resultado
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