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Los tengo en la pantalla, llama a la policía (I)

Luis Ponce de León

Luis Ponce de León

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Estamos hartos de oír que la tecnología avanza que da gusto, que dentro de poco un robot nos servirá la comida, nos traerá el periódico, nos dará palmadas en la espalda, etc. Todo eso me suena a novela de Julio Verne, posible, futurible, pero a largo plazo. Seguramente nos interesa bastante más lo que podemos hacer hoy mismo.

En esta ocasión tengo en mente la domótica y más concretamente la videovigilancia. Por un precio razonable podemos cubrir cada esquina de una casa, oficina, negocio, almacén, etc. de cámaras IP o X10. Pero si queremos reducir al máximo la inversión entonces tendremos que usar un ordenador y cámaras web. Vamos a ponernos a ello, el resultado merece la pena.

En primer lugar debemos tener en cuenta qué tipo de lugar queremos vigilar, ya que habiéndonos decidido por cámaras web nos afectan algunas limitaciones técnicas como la longitud de los cables USB, la ubicación de la cámara (no podemos dejarla a la intemperie aunque sí orientarla hacia la calle), la calidad de grabación y la dependencia de un ordenador.

Tenemos que destinar un servidor a procesar las imágenes y enviarlas por Internet. En este caso, cualquier ordenador más o menos viejo nos vale.

Un paso ineludible consiste en estudiar el plano del inmueble para decidir cuáles son los puntos clave que necesitan ser observados. Un exceso de cámaras ralentizará el sistema y complicará la vigilancia.

Una vez determinada la ubicación de las cámaras, que en este caso serán fijas porque la diferencia de precio con las motorizadas es notable, deberemos medir la distancia de cada una con el PC.

En este aspecto, hay que aclarar que la longitud máxima de un cable USB es de 5 metros. Si alargásemos los cables con hilos telefónicos o con otros cables USB correríamos el riesgo de perder paquetes de datos.

Para asegurar la intensidad en la corriente deberíamos empalmar los cables de cinco metros con Hubs. Claro que esto resulta muy engorroso. Así que quizá la mejor solución sea utilizar un amplificador de señal USB.

Con este sencillo aparato podremos llevar la señal de la cámara hasta 60 metros de distancia. Se trata simplemente de un alargador que utiliza cable UTP entre cada enchufe USB. Cuesta unos 60 € pero dependiendo del emplazamiento de las cámaras puede resultar la solución más barata.

Una vez conectados todos los dispositivos toca elegir el software más adecuado. En Softonic existe una sección para los programas de vídeo vigilancia con cámaras web.

De entre los gratuitos destaca Cerberus que cuenta con todo lo necesario para controlar varias cámaras simultáneamente, y UwathcIT, también muy completo, pero limitado por la compatibilidad de cámaras.

Ambos disponen de servidor web para poder monitorizar la imagen de las cámaras a través de Internet, también envían avisos por correo electrónico incluyendo imágenes, detectan el movimiento, envían de capturas a un servidor FTP y graban vídeo.

Si hay que recomendar uno de los dos, me equivocaré menos con Cerberus porque se maneja con mayor facilidad, es gratuito y tiene traducción al español.

Instalarlo no tiene ninguna complicación. Quizá lo único que se esconde es el idioma. La interfaz se traduce instantáneamente a español en Preferencias >> Captura instantánea.

A continuación podemos comenzar a añadir cámaras con el primer botón de la barra de herramientas superior: “Añadir cámara web y configurar sus preferencias.

En cuanto a opciones está sobradamente dotado, ahora bien, no destaca por su estabilidad. A parte de esto, se pueden monitorizar hasta diez cámaras, definiendo la sensibilidad del detector de movimiento de cada una, proteger las imágenes con contraseña, acceder al sistema con una conexión telnet, enviar avisos por e-mail, subir automáticamente las imágenes detectadas a una cuenta FTP, y por supuesto, acceder en directo a las imágenes de las cámaras a través de Internet.

Aunque Cerberus tenga todo lo necesario para montar un sistema completo de videovigilancia, la cuestión de la estabilidad me anima a buscar una aplicación más segura. De entre los gratuitos no hay nada mejor, pero sí entre los de pago. Se llama Eyecopia, pero este programa lo destriparemos en el siguiente artículo.

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