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El sistema operativo en el bolsillo

Luis Ponce de León

Luis Ponce de León

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La mayoría de la gente está acostumbrada a su ordenador como lo está a su coche. Y cuando cambia se muestra torpe e incómoda. Por eso la mejor manera de no tener que cambiar de ordenador es llevarlo en una memoria portátil.

Esto es algo que en Linux existe desde hace años. Hay una enorme variedad de versiones de Linux que se ejecutan directamente desde un pendrive. Muchos tamaños, para múltiples usos y con estéticas muy diversas.

La clasificación de estos sistemas operativos se puede dividir en dos grupos principales: persistentes y no persistentes.

El primer grupo se refiere a aquellos sistemas operativos en los que se puede realizar cambios, grabar archivos y cambiar las cosas en general. Los no persistentes son aquellos en los que se haga lo que se haga, nunca permanece.

Se podría hacer otra distinción según el modo de instalación. Hay dos modos: hacerlo desde Windows o desde Linux.

La última clasificación distinguiría los pendrives que se ejecutan automáticamente de aquellos que no lo hacen y de los que se ejecutan como una máquina virtual dentro de otro sistema operativo.

Para que un pendrive con un sistema operativo Linux se ejecute automáticamente al arrancar el ordenador es necesario tener una placa madre que permita arrancar desde el USB y activar esta opción en la BIOS.

Tener un sistema operativo en un pendrive tiene muchas ventajas, pero uno de los usos más comunes es utilizarlo como método para recuperar archivos o arreglar un sistema operativo.

En la página Pendrivelinux se han recopilado decenas de versiones diferentes de Linux lista para instalarlas en un pendrive.

Luis Ponce de León

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