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Los programas que no existen

Luis Ponce de León

Luis Ponce de León

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Cada vez que un usuario se enfrenta a un proyecto informático nuevo por sencillo que sea, pone sus esperanzas en que alguien ya se haya encontrado ante sus mismos problemas, los haya resuelto, y haya tenido la deferencia de publicar las soluciones de manera ordenada, clara y en su idioma en Internet.

Esas esperanzas no son vanas, al menos para la mayoría de los usuarios, que no son expertos.

De todas formas, no hace falta ser un innovador, un “bricoinformático” o un ingeniero creativo para encontrarse ante un programa que aún no se ha inventado, o al menos ante alguna función que no cubre ningún programa.

La mayoría de las veces seguramente ya se haya creado una solución informática, un programa exclusivamente diseñado para resolver un problema. Puede que el verdadero problema sea encontrar el programa en Internet.

Muy a menudo, me he encontrado en esta situación. Aún es más, al tratar de dar con la aplicación que resolvería mis problemas me topo en los resultados de Google con entradas a foros en los que se habla del tema.

No estoy pensando en programas de ciencia ficción tipo conexión USB-Bulbo raquídeo para transferir datos del disco duro a la masa gris cerebral, impresora casera en tres dimensiones, un ordenador que se replique y repare a sí mismo, o un mini ejército de pequeños robots. Bueno, esto más que software es hardware.

En el plano del los programas hay muchas funciones que se podrían prestar sin un gasto extra en tiempo para los diseñadores.

Esto se ve claramente en la evolución de los sistemas operativos. Cada nueva versión de Windows, Macintosh y Linux incluye funciones anteriormente prestadas por programas de terceros.

Esto es competencia directa y resulta muy provechoso en forma de mejoras y actualizaciones. Se me ocurre el caso de Spotlight y Quicksilver en Mac, VLC y Windows Media Player en Windows, etc.

Habitualmente sí existe un programa para resolver necesidades raras y específicas, pero al encontrarlo suele ser de pago.

Ante la más que resistible opción de convertirse en programador está la opción de preguntar. Así que… ¿Qué estás buscando que crees que no existe?

Luis Ponce de León

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