Publicidad

Artículo

Resucitar el PC (II): La rebelión de las ventanas

Resucitar el PC (II): La rebelión de las ventanas
Iván Ramírez

Iván Ramírez

  • Actualizado:

En la anterior entrega vimos algo de información básica sobre cómo afrontar lo peor que le puede suceder a nuestro ordenador: tener un daño físico en su hardware, pero la mayoría de los problemas, afortunadamente, no son de esa índole. Se tratan en su lugar de diversos errores de Windows.

Vamos a ver algunos ejemplos, esperando que os sean de utilidad para afrontar con estoicidad las pruebas a la paciencia con las que nos hemos de enfrentar a diario.

Posibles causas

Al igual que sucedía con el hardware, te va a ser mucho más fácil solucionar un problema si sabes de dónde procede. Para ello, debes buscar la pauta que lo ha generado. Esta puede ser haber instalado un programa, navegar por páginas que no eran de fiar o quizá haber pasado una agradable tarde borrando librerías DLL.

Tu misión será tratar de dejar el equipo como estaba antes, aunque si no puedes, más abajo tienes información sobre cómo usar la Restauración del sistema.

Prácticas comunes

Sea cual sea el motivo, hay una serie de recomendaciones que nunca vienen de más. Son las siguientes:

  • Limpiar el ordenador de archivos innecesarios con algún programa como CCleaner.
  • Eliminar del arranque de Windows programas desconocidos.
  • Analizar el sistema con algún antivirus
  • Activar las actualizaciones automáticas (en el Panel de Control / Centro de Seguridad), o visitar asiduamente Windows Update e instalar los últimos parches.
  • Desfragmentar el disco con alguna utilidad como Defraggler.
  • Mantener actualizados los controladores de los dispositivos.

Problemas de controladores

Los controladores, o drivers, son los causantes de muchos quebraderos de cabeza. Si nada más iniciar Windows te asaltan ventanas de “Se ha encontrado un nuevo dispositivo”, es que algo anda mal.

A veces Windows hace verdaderas escabechinas con los controladores, instala unos encima de otros, conserva unos archivos con una versión y otros con otra y, por supuesto, eso no es muy sano. Puedes comprobar de un vistazo el estado de tus controladores desde el Panel de Control / Sistema / Hardware / Administrador de Dispositivos.

Si no se aprecia ningún signo de exclamación o interrogación, en principio todo está correcto. De no ser así, podría tratarse de alguno de estos casos:

  • Hardware desconocido. En tal caso debes averiguar de qué componente se trata, e instalar los controladores desde su CD de instalación o descargándolos de Internet.
  • Macedonia de versiones. Tal como comentamos antes, al actualizar un controlador podemos, quizá por error, haber pedido que se conserven unos archivos y otros no, lo que provoca que el conjunto no funcione. En este caso trataremos de empezar de cero, como vamos a ver después.
  • Hardware deshabilitado / que ya no está / o que instalamos forzosamente. El hardware deshabilitado no tiene por qué ser un problema necesariamente. Algunos programas, por ejemplo para crear una red VPN, crean dispositivos que sólo se activan mientras se usa el programa en cuestión. Si por el contrario se trata de un controlador que instalamos forzosamente, y no funciona, lo mejor que podemos hacer es borrar el dispositivo y Buscar cambios de hardware, desde el menú Acción.

Instalar controladores desde cero

La teoría es fácil: antes de instalar un controlador erradicamos cualquier rastro de la versión anterior de la faz de la Tierra, para que el nuevo empiece desde cero y no se vea influido por archivos o configuraciones previas.

Por supuesto, no es necesario llevarlo a cabo cada vez que instalamos una cosa, ya que perderíamos muchísimo tiempo, pero si estamos encontrando problemas, entonces podemos intentarlo.

Lo primero que debemos hacer es desinstalar cualquier entrada referente al controlador maldito desde el Panel de Control / Agregar o quitar programas. Tras esto lo más probable es que tengas que reiniciar el equipo y con esto sea más que suficiente. De todas formas, si te quieres asegurar bien, también puedes ir al Administrador de dispositivos y comprobar si aparece correctamente.

De ser así significa que Windows ha decidido instalar el controlador que le ha parecido mejor sin consultarte, lo cual además de una falta de respeto, no es lo que queríamos. En tal caso tendremos que hacer doble clic en el dispositivo, ir a la pestaña Driver y pulsar sobre Actualizar el controlador.

Esto nos abre la típica ventana que nos da a elegir entre “Instalar el controlador automáticamente” o “Seleccionar de la lista / desde una localización específica”. Para forzar a Windows a doblegarse ante nuestra voluntad hemos de seleccionar la segunda opción. Una nueva disyuntiva aparecerá ante nuestros ojos instándonos a Buscar el controlador más apropiado en las rutas o Seleccionarlo de una lista.

Hay que reconocer que, Windows, cuando se pone pesado, puede llegar a serlo. Pues bien, elegiremos de nuevo la segunda opción y, normalmente, nos aparecerán las distintas versiones de controladores compatibles con el dispositivo que conoce. Pero como somos desconfiados por naturaleza, queremos obligarle a utilizar uno en concreto, así que pulsaremos cobre “Tengo un disco” y, ahora, por fin y tras seis clics de ratón, podremos buscar el archivo INF con los controladores que más nos gusten.

Problemas de DirectX

Hoy en día no son muy comunes, pero alguna que otra vez los controladores DirectX siguen volviéndose locos. Solucionar un problema de esta índole es casi imposible dada la integración con Windows, pero se puede intentar a la desesperada varias opciones.

La primera, intentar reinstalar DirectX. De hecho, es la única opción realmente recomendable, ya que no tiene posibles contraindicaciones y después de hacerlo puedes manejar maquinaria pesada. La forma más fácil de hacerlo es descargar el último pack DirectX Redistributable. El motivo para no utilizar el instalador normal de DirectX es que este normalmente te dice que ya lo tienes actualizado y no hace nada.

Si esto no te ha servido absolutamente para nada, y tus problemas han surgido de la nada desde hace poco, entonces puedes intentar restaurar el sistema. Veremos algo más de información al respecto en próximas entregas.

Pero si te das por vencido, aunque quieres morir luchando, entonces puedes probar a desinstalarlo. En Softonic disponemos de DirectX Erradicator si bien, sinceramente, las probabilidades de que esto arregle algo en vez de romperlo más, son tirando a escasas.

Problemas varios

Dada la complejidad de un sistema operativo, la cantidad de problemas con los que te puedes topar es casi infinita. Por ello, y por no saturar Internet con un texto de igual longitud, para resolver pequeños desaguisados no hay nada mejor que utilizar alguno de los estupendos programas de optimización general disponibles.

Algunos ejemplos:

Otras entregas

Iván Ramírez

Iván Ramírez

Lo último de Iván Ramírez

Directrices editoriales