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Trucos y Consejos

Cara a cara: ¿Ayuda el cierre de páginas web a acabar con la piratería?

Abel y Fabrizio

Abel y Fabrizio

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Abel dice:

¡Hola, Fabrizio! Supongo que te has enterado del tema del momento en Internet: el cierre de Megaupload, el servicio de alojamiento y descarga de ficheros más popular.

A decir verdad, esta medida drástica llevada a cabo por el FBI no ha sido bien ejecutada. Muchos éramos usuarios de este servicio y no teníamos alojados ficheros protegidos por derechos de autor, uno de los motivos por los cuales se ha realizado el cierre. Hace unos días nos levantamos y simplemente vimos que la página ya no estaba ahí, y nadie se ha hecho responsable de las pérdidas que ha supuesto para miles de personas.

¿Qué te parece a ti este cierre?

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Contesto con otra pregunta: ¿es bueno o malo cerrar una tienda que se lucra con mercancía robada? Para los clientes, seguro que no, pues era una opción muy barata; para los legítimos propietarios de esos artículos, sin embargo, es algo positivo. Y, a largo plazo, también para los clientes, puesto que es mejor comprar algo que tiene unas garantías de calidad mínimas.

Un cierre de un servicio web nunca es algo a festejar, especialmente si se efectúa sin preaviso. Hubiese podido hacerse mejor –hay rumores que apuntan a que el borrado de los archivos será inminente–. No se sabe siquiera si alguien reembolsará el importe de las cuentas Premium a aquellos usuarios que almacenaban ahí archivos legales. ¡Un desastre de operación!

Pasada la tormenta, la consecuencia de todo esto será que las empresas que hacen las cosas bien, como Spotify o Netflix, se verán justamente recompensadas. Incluso quienes usan BitTorrent. Y es que Megaupload tenía poco o nada que ver con el P2P: era un servicio mediocre (en usabilidad y características) que sus creadores aprovecharon para forrarse sin ningún tipo de escrúpulo.

Netflix ha servido como ejemplo de que un modelo de suscripción de pago para el cine es posible

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Abel dice:Tienes razón en que Megaupload se ha mostrado muchas veces indiferente ante las infracciones de sus propios términos de uso. Incluso está en boca de todos un controvertido sistema de gratificación a los usuarios que generaban más descargas, que curiosamente suele coincidir con aquellos que suben material protegido. Son argumentos indefendibles, eso está claro.

¿Pero qué implicaciones podría haber tenido Megaupload en la difusión de la cultura? Las últimas noticias afirman que el servicio estaba preparando un nuevo sistema de distribución musical mucho más directa, deshaciéndose de los intermediarios; un modelo de negocio muy incómodo para los grandes estudios, quienes tienen la ley –y a veces la fuerza- de su lado para defender intereses propios.

Conspiranoias aparte, está claro que las nuevas iniciativas en diversas legislaciones nacionales, así como ciertos cambios de política de empresas tan importantes como Google, nos preocupan a los usuarios. Y es que podrían llegar a desdibujar el panorama de neutralidad y libre intercambio de ideas por el que Internet ha llegado a convertirse en lo que es.

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Dudo mucho que los autores hubiesen confiado en Megaupload. Hay alternativas mucho mejores para distribuir la propia música en Internet, como iTunes Store, Last.fm, Bandcamp o incluso MySpace. La idea de Megaupload, aun siendo interesante, no fue más que un intento por lavar una imagen polémica.

Hoy en día un artista puede optar por distribuirse a sí mismo o recurrir a las discográficas, que proveen toda una gama de servicios a los que, de otra manera, el autor no tendría acceso. Hablamos de organización de conciertos, promoción, asesoría de imagen, soporte a la producción y mucho más.

Bandcamp es un sistema de distribución independiente que conecta a los artistas y a su público

Muchos han comparado el cierre de Megaupload con el incendio de la mítica Biblioteca de Alejandría. Es una hipérbole. En ninguna biblioteca los libros desaparecen a los 21 días de haberlos puesto en su estante. En ninguna biblioteca te hacen esperar un minuto antes de abrir un libro o te hacen pagar por llevar a casa más de uno (por ahora). Y, sobre todo, las bibliotecas tienen cierta organización, un índice que Megaupload omitía precisamente para dificultar la detección de archivos protegidos.

Sobre las leyes –SOPA, ACTA y demás-, prefiero pensar que son un mero gesto hacia la galería. Precisamente en ese terreno es donde opino que los ciudadanos deben tomar un papel más activo y hacer oír su voz. Primero, informándose sobre estas leyes y luego, si procede, actuando a favor o en contra de las mismas.

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Abel dice:Está claro que, al respecto de la legislación, cada uno debería formar su propia opinión y no seguir a pies juntillas los argumentos que uno y otro bando se empeñan en lanzar, porque es un problema con muchos puntos de vista.

En cuanto a las alternativas, partes de un ejemplo, el de la industria musical, que entra dentro de un periodo de renovación. Salvando casos puntuales de Spotify, cuyo modelo de negocio algunos han puesto en tela de juicio, es cierto que, por primera vez, este sector se está adaptando a los cambios drásticos que Internet ha tenido en la difusión de la cultura

Pese a sus críticas, Spotify ha logrado alcanzar los 3 millones de suscripciones Premium

¿Podemos decir lo mismo de la industria del cine o de la televisión? Por desgracia no. La falta de una oferta global, de calidad y asequible a las masas solo ayuda a que sigan apareciendo alternativas en el mercado gris.

Ayer fue Megaupload, que demostró con sus planes Premium que hay un enorme mercado de gente dispuesta a pagar por este tipo de contenidos -aunque no fueran conscientes de ello-. Hoy son ya sus alumnos aventajados y las redes P2P de toda la vida, y mañana ten por seguro que, de seguir construyendo la casa desde el tejado a base de cierres y no de propuestas, habrá más de estas alternativas.

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Leí el otro día un comentario muy acertado. Decía: “Si quieres competir contra lo gratis, debes ser mejor que lo gratis“. Es de cajón. Pero es complicado competir contra quien juega sucio. La falta de alternativas y la existencia de un mercado “gris” van de la mano, y no está claro qué causa qué. Si la gente no tiene opciones para conseguir esas películas o series que es imposible obtener por vías legales, difícilmente se quedará de brazos cruzados.

La industria cultural tiene una grandísima oportunidad para ofrecer un producto de calidad a un precio asequible, similar o inferior al de una cuenta Premium de Megaupload. Estoy seguro de que la gente pagaría encantada por bajarse series y películas legalmente, al instante y con todos los extras. Solo hay que tener un poco de fe en el consumidor.

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Abel dice:

He de reconocer que tu optimismo me resulta esperanzador. Yo mismo tengo muchas ganas de que alternativas legales como Youzee, Filmin y otras prosperen, amplíen su catálogo con contenidos de calidad y supongan el soplo de aire fresco que necesita esta industria. Por otra parte, noticias como la cancelación de los planes de Netflix de llegar a España son desalentadoras.

Esperemos que se perfile un futuro claro para los que confiamos en consumir contenidos culturales legalmente por Internet. Solo el tiempo lo dirá.

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Tu dicesNosotros ya te hemos dado nuestra opinión, ahora queremos conocer la tuya:

¿Crees que el cierre de páginas web ayuda realmente a acabar con la piratería?

Aviso: Este artículo recoge las opiniones más comunes, tanto favorables como contrarias, generadas en torno a la noticia del cierre de Megaupload y la aparición de leyes reguladoras de contenido online, representándolas en un debate a nivel personal de dos usuarios de Internet.
Abel y Fabrizio

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