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Donkey Kong repite su fórmula de siempre

Donkey Kong repite su fórmula de siempre
Raúl Pérez

Raúl Pérez

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Hay algo que falla en el nuevo Donkey Kong Country Tropical Freeze y es la falta de inspiración y sorpresa que tenía el anterior Donkey Kong de Wii. Quizá sea este el principal (y posiblemente) único defecto de Tropical Freeze: es demasiado parecido al anterior. Y no sólo me refiero a niveles, enemigos o gráficos. Me refiero a una estructura casi calcada del anterior juego, una suerte de camisa de fuerza que le impide innovar y sorprender.

Sin sorpresas para los fans habituales

Es un poco decepcionante cargar en la consola un juego tan importante como Tropical Freeze y descubrir algunas cosas demasiado parecidas al pasado. Detalles como los menús, la animación de los plátanos que hace de entradilla en las escenas, la pantalla de carga o incluso el sistema de mapas para escoger nivel (con varias islas en lugar de una). Todo es igual. Algunos pueden pensar que se ha hecho así para dar una cierta continuidad a esta “secuela”, otros pensarán que ha sido falta de tiempo o ganas.

De todos modos, reconozco que esto son detalles menores. No importarían si luego a la hora de jugar descubrieses un juego diferente. Pero no es así: Tropical Freeze no sorprenderá a los jugadores del Country de Wii. Es como volver a salir con una ex novia después de años de separación: ahora parece distinta, pero en el fondo sigue siendo la misma chica, con las mismas virtudes y defectos que tanto te gustaban/odiabas en su momento. Así es, casi siempre, Tropical Freeze.

También hay muchos momentos de juego absolutamente brillantes, con niveles de diseño exquisito y muy divertidos. Son momentos puntuales, y casi siempre provocados más bien por lo que sucede alrededor de Donkey en lugar de por lo que Donkey hace (es decir tú).

Porque si en algo puede lucirse Tropical Freeze es en esas pequeñas y breves historias que cuenta cada uno de los niveles que juegas. Mientras Donkey avanza, salta, recoge plátanos y esquiva peligros en primer plano, al mismo tiempo el nivel cuenta su propia historia en segundo plano. Historia que en ocasiones están ahí sólo como telón de fondo, y en otras ocasiones modifica los desafíos con los que te vas encontrando, lo que provoca que improvises tus saltos o estrategia. Es una forma muy especial de comunicarse con el jugador y mantenerlo enganchado, con ganas de avanzar para ver cómo termina cada fase. Y esto, desde luego, funciona.

Al igual que también funcionan esos estupendos enemigos de final de mundo. No sabría con cual quedarme y tengo miedo de relatar alguna de estas luchas porque lo mejor es descubrirlas por ti mismo. Sí diré que no son los típicos combates de “tres golpes”, y que no son nada fáciles. Especialmente porque si caes debes empezar de nuevo.

Más monos, misma diversión

Ya sabéis que hay dos nuevos comparsas para Donkey Kong: al pequeño Diddy de siempre, se unen Dixie y Cranky. Cada uno tiene su propia habilidad que modificará el modo en que saltas, e irán mejor o peor según tus gustos. En algunos niveles puedes elegir a quién llevar (personalmente opino que la más útil es Dixie), en otros es fijo sin que puedas hacer nada. No he encontrado explicación para esto.

Donkey Kong no es un Mario. Se mueve más o menos lento y salta más alto que largo. Su inercia es más dura al control pero cuando aprendes a ir con calma entonces el juego se hace más llevadero. A partir de ahí tienes un ataque dando volteretas (y que también sirve para saltar más distancia), puedes golpear el suelo, coger anillas del suelo para destapar secretos o lianas para balancearte. Es adictivo controlar a Donkey Kong, es una experiencia muy orgánica.

Todo el control es calcado a Donkey Kong Country de Wii, con la diferencia que ahora con el mando es más cómodo si lo comparas con el viejo Wiimote. Es decir, el control es fantástico.

Nunca se vió mejor a Donkey

El cambio de generación y consola es indudablemente un cambio a mejor en el aspecto visual. Donkey Kong se ve de fábula a 1080p con una tasa de frames por segundo fijada en 60. Suavidad pura.

Aunque se nota que algunos objetos y escenarios se han sacado directamente del anterior Donkey, lo cierto es que tampoco importa. En el otro lado de la balanza tienes unos personajes principales con un efecto de pelo buenísimo, y unas animaciones tremendas, siempre divertidas.

Sin embargo el punto fuerte del juego son los escenarios y la vida que se crea alrededor de ellos. No hay fase que no pase algo gordo, destrucción masiva, explosiones o gigantescos animales atacándote.

Conclusión

En resumen, Tropical Freeze es un juego demasiado continuista, aunque eso no quiere decir que sea de mala calidad. La fórmula era de calidad antes y lo sigue siendo ahora, sólo que sin sorpresas. Aún así sigue siendo un juego muy divertido y, a partir del tercer mundo, muy difícil. Puede que el nuevo Donkey Kong no sea tan fresco como esperábamos pero sigue siendo todo un señor Kong.

Puntuación: 7

Disponible: sólo en Wii U

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