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Análisis: Assassin’s Creed 4 Black Flag

Samuel Marc

Samuel Marc

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Assassin’s Creed IV: Black Flag es un juego de aventuras y acción en tercera persona, en el cual te pondrás en la piel de Edward Kenway, un pirata sin Dios ni ley convertido en asesino. A lo largo de una apasionante aventura, estarás a merced del mar del Caribe en plena edad de Oro de la piratería.

Edward se las verá con algunos de los corsarios más temidos de la historia

Análisis: Assassin’s Creed 4 Black Flag

El hombre no doma al mar…

Edward Kenway es el abuelo de Connor – el protagonista de Assassin’s Creed III, de manera que este capítulo precede cronológicamente a los sucesos del último juego. Seremos testigos de cómo nuestro héroe, un simple pirata al principio de nuestra aventura, se irá convirtiendo progresivamente al Credo de los Asesinos, en una aventura que lo llevará desde Cuba hasta Florida, cruzándose con algunos de los más terribles corsarios de la historia.

Como si fuera una postal

¡Se acabaron los monótonos paisajes de América del Norte! Assassin’s Creed IV: Black Flag es una explosión de colores. Si a esto le agregamos los escenarios con una detallada flora y fauna, obtenemos un juego que parece sacado de una carta postal. Las misiones están repartidas entre tres ciudades (La Habana, Kingston y Nassau) y los escenarios selváticos que favorecen el free running, propio de Assassin’s Creed III.

Los paisajes de Assassin’s Creed IV son de auténtica postal

Infiltración, acción navegación y misiones complementarias

La infiltración en Assassin’s Creed IV: Black Flag goza de numerosas mejoras. Al igual que en la entrega anterior, las zonas con vegetación le permitirán al protagonista observar y atacar a sus objetivos sin ser detectado. Edward también podrá hacer estallar barriles de pólvora para distraer a los guardias y marcar a sus enemigos con la Visión de Águila para poder verlos a través de los muros. Innovaciones que facilitan la fase de infiltración, que ahora resulta menos exigente y mucho más divertida que anteriormente.

Pero los fanáticos de la acción no tienen por qué inquietarse, ya que Edward es totalmente capaz de combatir con dos sables y no dudará en utilizar sus pistolas para abreviar duelos que de otro modo podrían extenderse. A pesar del sistema de defensa para bloquear y esquivar golpes, similar al de la serie Arkham, lograrás derrotar a la mayoría de tus enemigos en el juego con solo presionar frenéticamente el botón de ataque. Aunque no se destacan por su complejidad, los combates de Assassin’s Creed IV: Black Flag sí se distinguen por su carácter explosivo, divertido e hiperacelerado. Sin embargo, se vuelve repetitivo y la inteligencia artificial se comporta (a veces) de manera irracional, lo cual atenta contra el entretenimiento.

Los combates de Assassin’s Cree IV: Black Flag son explosivos y ultrarápidos

Además de las misiones de la campaña en solitario, Assassin’s Creed IV: Black Flag desborda de actividades complementarias que Edward podrá realizar entre asesinatos. ¡Imposible aburrirse! Tanto en tierra como en mar, cada recodo del mapa esconde un secreto o una misión secundaria. Tabernas, caza de tiburones, juegos de damas, mapas de tesoros y contratos por asesinatos… Assassin’s Creed IV: Black Flag recrea tus sueños más delirantes bajo la forma de un alegre desorden que tiene más de parque de diversiones que de reconstrucción histórica

Pero la navegación es sin ninguna duda lo más logrado de Assassin’s Creed IV: Black Flag. A bordo del Jackdaw, Edward se trasladará de isla en isla, y desde allí también desplegará sus talentos como pirata a lo largo del juego. Tendrás la posibilidad de mejorar y personalizar tu nave con cañones suplementarios, velas para navegar más rápido y otras armas nuevas. Por otro lado, en el timón del Jackdaw es donde más se siente la libertad que confiere el juego. Podrás alzar las velas para cazar ballenas, tropezarte por azar con un tesoro y al final abordar un galeón español, sin pasar por ninguna pantalla de carga.

Caza del tiburón, contratos de asesino, juegos de damas… la variedad de misiones de Asssassin’s Creed IV es alucinante

Atractiva experiencia de juego

Sin embargo, Assassin’s Creed IV: Black Flag no es de ningún modo un simulador de navegación. De hecho, se toma grandes libertades respecto a la realidad para ofrecer una experiencia de juego atractiva y gratificante sin atenuantes.

Te será posible controlar fácilmente la dirección de los disparos de tus cañones y un sistema Quick Time Events te permitirá concentrar tus disparos en el punto más vulnerable del casco del navío enemigo. Cuando lo hayas dañado lo suficiente, sólo deberás oprimir un botón para comenzar el abordaje. La vida de un pirata nunca había sido tan simple.

¡Suelten amarras!

Assassin’s Creed IV: Black Flag tiene más de parque de atracciones para adolescentes que de reconstrucción histórica o de simulador de piratería. Ningún aburrido contexto político-cultural, sólo acción explosiva desde los primeros segundos, junto a un grado de libertad nunca antes vista durante la saga… Assassin’s Creed IV: Black Flag condensa lo “mejor” de la serie en una vorágine de acción, paisajes de ensueño y aproximaciones históricas. Una sensación de collage artificial confirmada por la abundancia de guiños a la industria de los videojuegos, visible entre las secciones contemporáneas del juego en los locales de Abstergo Entertainement. Pero lo que Assassin’s Creed pierde en profundidad y complejidad, lo recupera gracias a la diversidad, el entretenimiento y la sensación de libertad, inéditos en la serie. En conclusión, diversión de primer nivel.

Puntuación: 8

Artículo original escrito por Samuel Marc, de Softonic Francia. Adaptado del francés.

Disponible en PS3 y Xbox 360. La versión de PC se lanzará el 21de noviembre de 2013

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