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Por qué dejé Duolingo y por qué volví a ella arrepentido

Por qué dejé Duolingo y por qué volví a ella arrepentido
Fabrizio Ferri-Benedetti

Fabrizio Ferri-Benedetti

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Duolingo es una gran app para aprender idiomas. Empecé entusiasmado, pero la abandoné. Te explico por qué fue una mala decisión y por qué volví a engancharme a sus lecciones.

Duolingo tiene más de 25 millones de usuarios. En 2013, Apple la nombró aplicación del año en 2013 y Google la puso en su lista de mejores apps. En la tienda de Android tiene una puntuación de 4,6 estrellas sobre 5. Para una app que enseña idiomas se trata de un éxito rotundo.

Sí, Duolingo te enseña idiomas. Si hablas español, por ejemplo, Duolingo te puede enseñar inglés, francés o alemán. Si hablas inglés, los idiomas enseñados suben a seis. Hay muchas combinaciones distintas. Y a diferencia de otros cursos en línea y aplicaciones de aprendizaje, Duolingo es una app gratuita.

El éxito de Duolingo se debe a un diseño muy cuidado y a un enfoque centrado en la diversión. En Duolingo, palabras y gramática se aprenden como si estuvieras jugando. ¿Te equivocas? Pierdes una vida como en Candy Crush. ¿Superas diez lecciones con éxito? Recibes una medalla.

No quería hablarle en francés al teléfono

A mí, que soy un estudiante más bien perezoso, ese planteamiento de pequeñas lecciones con premio me atrajo de inmediato. Y me lancé de cabeza a aprender francés desde el nivel más básico. Ni siquiera miré las opciones: abrí Duolingo, me di de alta como usuario y empecé desde cero.

Cuando topé con los ejercicios de pronunciación y dictado mi reacción fue de sorpresa. El móvil me hablaba en francés y exigía que yo le contestase en francés. En ese momento me hallaba en el metro: apenas podía oír lo que Duolingo intentaba decirme sobre manzanas rojas y mujeres hermosas.

La combinación de ruido ambiental y timidez pudo conmigo. Dejé la lección donde estaba y cerré la app. Por la noche, Duolingo me envió una notificación: quería que retomase la lección. Por la mañana, otra notificación. No quería ponerme otra vez a pronunciar palabras en público. Así que la desinstalé.

Pero es que no había llegado a profundizar

Con Duolingo cometí un error de principante: no fui más allá de la superficie. Me percaté de ello semanas después, cuando me puse a revisar aplicaciones para aprender idiomas. Me detuve en las capturas de Duolingo y vi opciones de accesibilidad. Con esos botones podía desactivar las odiadas lecciones de dictado y pronunciación.

En las mismas opciones descubrí que podía desactivar los recordatorios. Estoy seguro de que resultan efectivos para muchas personas, pero en mi caso suponían una molestia. Descubrir que podía silenciarlos fue un alivio: podía usar Duolingo a mi ritmo, sin que la app estuviera recordándome que tenía lecciones pendientes.

Luego descubrí que había una sección de amigos. La primera vez que usé la app ni me había fijado. O me fijé y no le di importancia (ya sabéis cómo son las prisas). El caso es que la posibilidad de invitar amigos y familiares y competir con ellos ha revitalizado por completo mi uso de Duolingo. Ahora tengo un extra de motivación.

Finalmente, ahí estaba la tienda de Duolingo, otra sección que había ignorado por completo. A cambio de lingotes -la moneda virtual de la app-, puedo modificar mi aspecto en la app y comprar pociones que devuelven vidas, indispensables para avanzar en los niveles avanzados. Cuando empecé a competir con amigos, todo eso cobró más sentido.

Moraleja: a las apps hay que dedicarles tiempo

Lo que me pasó con Duolingo es un ejemplo de lo que ocurre a diario con muchas apps: que las probamos en el momento equivocado: en una sala de espera, en el bus, en la cola del súper. Y entonces ocurre que no llegamos a dedicarles el tiempo suficiente. No les estamos dando una oportunidad para contarnos cómo pueden mejorar nuestra vida.

Me alegra haber redescubierto Duolingo. Mi primer encuentro con ella fue difícil y acabó mal, pero ahora estoy usándola casi todos los días. Si tuviese que recomendarle a alguien una app para aprender idiomas, Duolingo sería mi primera opción. Pero también añadiría un comentario: hay que dedicarle tiempo.

¿Qué idiomas estás aprendiendo gracias a Duolingo?

Sígueme en Twitter: @remoquete

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