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¿Será Snapchat el sucesor de Facebook?

¿Será Snapchat el sucesor de Facebook?
Fabrizio Ferri-Benedetti

Fabrizio Ferri-Benedetti

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Hace 10 años nacía Facemash, la semilla de lo que más tarde sería Facebook. Hoy es Snapchat quien podría destronar a Facebook y, de paso, amenazar el liderazgo de WhatsApp, otro clásico que gusta cada vez menos a los jóvenes.

Facemash y Snapchat: la búsqueda de la identidad y su abandono

Al igual que Facemash en 2003, Snapchat es una aplicación que nació de una idea simple y atractiva para un público joven: enviar fotografías, vídeos y dibujos que se destruyen a los pocos segundos de haberse visto. Cuando analicé Snapchat llegué a la conclusión de que su éxito se debe a una sencillez extrema y a la picardía del “aprovecha el momento”. La de Snapchat es mensajería instantánea, efímera y muy visual.

Hace diez años, Facemash tuvo un arranque similar. La idea subyacente -comparar dos fotos y decidir cuál es más “caliente”- era muy gamberra, muy simple y muy visual. En sus primeras cuatro horas de vida, Facemash generó miles de visitas. Un año después, la idea inicial de un “catálogo de caras” tomó forma en Facebook, una página para un público universitario que se abriría a todo el mundo a partir de 2006. El resto es historia.

Facemash invitaba a los visitantes a comparar las fotos de estudiantes elegidos al azar

Pero, más allá de las diferencias en el contexto, hay algo en que Facemash y Snapchat difieren por completo. Mientras Facemash supuso un primer reconocimiento de la identidad virtual, Snapchat se ha creado para romperla; si Facemash puso nombres y apellidos a las fotos, Snapchat pretende convertirlas en mensajes perecederos, en memorias que no pueden asociarse a nuestra persona virtual, cada vez más importante. El resultado es que Snapchat devuelve libertad y atrevimiento a la comunicación online.

Facebook: cada vez menos banal, cada vez más “Twitter”

Casi diez años después, Facebook es un gigante con más de 1.200 millones de usuarios. Se ha vuelto omnipresente, y también más complejo. Las fotos son solo una pequeña parte de la experiencia Facebook: ahora lo usamos para informarnos, publicar noticias, compartir conocimiento, trabajar. Los hashtags son un síntoma de la transición de Facebook de red banal a red “seria”, al estilo de G+. Es un viaje sin retorno hacia la madurez.

Al convertirse en algo tan cotidiano como el correo electrónico, Facebook se ha normalizado, “Yahooizado”. Ha dejado de ser cool entre los más jóvenes, que -agobiados por la complejidad y la excesiva seriedad de la red azul- migran a otra parte.

¿Dónde han puesto la mirada los jóvenes? No en otras redes sociales, sino en aplicaciones móviles como Snapchat, que es donde pasan la mayor parte del tiempo. Mientras Facebook es una página web que ha aterrizado en los dispositivos móviles, Snapchat es una app para los nativos de la era móvil. Todo se hace en el teléfono, y no hay una versión web que pueda poner en peligro la reputación y seguridad de quien intercambia fotos.

Y es que las apps que más crecen son móviles, se basan en el morbo, el encuentro casual, lo prohibido. No son las redes sociales pequeñas las que crecen, sino las redes visuales. Porque escribir ya no gusta. Porque todo va con stickers, animaciones GIF y vídeos cortos como los de Vine o Instagram (sabiamente adquirida por Facebook). Lo que vemos desde hace unos años es una exploración de aspectos que Facebook no puede o no quiere proporcionar.

Snapchat se está convirtiendo en algo muy grande

En un movimiento esperable, Facebook ha mostrado públicamente su interés por Snapchat. Tras una ronda de financiación en la que Snapchat ha alcanzado una valoración estimada de 4.000 mil millones de dólares, se ha sabido que Mark Zuckerberg intentó comprar Snapchat por la cifra de mil millones de dólares, una oferta que fue rechazada por Evan Spiegel, su CEO. Para que Facebook haga algo así, es que debe de tenerle mucho miedo a Snapchat.

El fracaso de Poke, con la que Facebook intentó emular el éxito de Snapchat, ha dejado claro que a mucha gente le inquieta la perspectiva de compartir cosas a través de una app que lleve el sello de Facebook. El espíritu de Snapchat, en cambio, es independiente; sabe a 4chan, a Anonymous. Sus 350 millones de fotos compartidas a diario la han convertido en un nuevo Fotolog. Facebook no puede seguir ese camino con las apps actuales.

Al mismo tiempo, Snapchat está madurando. Las Snapchat Stories, pequeñas narrativas hechas a partir de fotos que duran 24 horas, añaden profundidad, pero manteniendo intacto el carácter efímero de la aplicación. Otro movimiento inteligente es SnapKidz, un modo seguro de Snapchat que se activa en la misma aplicación cuando quien se da de alta es menor de 13 años. Es una base de usuarios que queda fuera de las posibilidades de Facebook.

¿Cuál podría ser el plan B de Facebook? Quizá comprar WhatsApp

WhatsApp destronó a los SMS y mantiene un sólido liderazgo en los mercados occidentales, pero su planteamiento es tan clásico como el de Facebook. Célebre por resistirse al cambio, WhatsApp seguirá fiel a su estilo durante mucho tiempo, pero muchos albergan dudas acerca de su posibilidad de seguir en el primer puesto, sobre todo con la competencia existente.

La popularidad de WhatsApp es todavía muy alta, pero el crecimiento se ha estancado

Tendría mucho sentido que Facebook y WhatsApp se aliaran para hacer frente a Google por un lado y a Snapchat por el otro. Una unión de este tipo, con o sin compra por parte de Facebook, consolidaría la ya potente familia de aplicaciones de Facebook en lo que vendría a ser una “suite” de aplicaciones análoga al antiguo trío de correo-chat-blog, pero actualizada para los tiempos actuales: red social-mensajes-fotos.

Solo cabe preguntarse, pues, cuándo Facebook comprará WhatsApp, y cuándo Snapchat se posicionará como líder en su sector de mercado. Las respuestas las tendremos en 2014. Será un año muy emocionante para las redes sociales.

Si quieres saber más sobre Snapchat, lee nuestro análisis a fondo.

Fabrizio Ferri-Benedetti

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